Huesos fuertes, mejor movimiento en los músculos y una mayor conexión entre el cerebro y el cuerpo son algunos de los beneficios de esta vitamina.
La vitamina D ha demostrado ser una aliada en tiempos de pandemia al disminuir las posibilidades de ingresar al hospital por COVID-19. Pero este no es su único beneficio, ya que también puede ser muy útil para los huesos y otros padecimientos.
La vitamina D ayuda al cuerpo a absorber el calcio, una de las principales sustancias necesarias para tener huesos fuertes, de acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
Pero eso no es todo, ya que, junto con el calcio, la vitamina D contribuye a prevenir la osteoporosis, una enfermedad que hace que los huesos se vuelvan más delgados y débiles y sean más propensos a fracturas. Los músculos también la necesitan para el movimiento y los nervios para transmitir mensajes entre el cerebro y otras partes del cuerpo.
Y lo más importante, la vitamina D es indispensable para que el sistema inmunitario pueda combatir las bacterias y los virus que lo atacan.
Vitamina D y COVID
La relación entre la vitamina D y la acción del sistema inmune en el contexto de COVID-19 se ha estudiado intensamente en el último año.
Uno de los estudios es el realizado por un grupo del Hospital Marqués de Valdecilla en Santander y publicado en octubre del año pasado, en el cual se analizaron a más de 200 pacientes con COVID, poniendo especial énfasis en parámetros bioquímicos, en la severidad de los síntomas y la duración del ingreso hospitalario.
La principal conclusión de este estudio fue que los pacientes hospitalizados con SARS-COV-2 presentaron niveles en sangre de vitamina D inferiores al grupo control. No obstante, no se encontró una relación entre la cantidad de vitamina D y la severidad de los síntomas.
Otro estudio fue el realizado por investigadores del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba.
En este estudio partieron de un total de 76 pacientes de COVID-19 ingresados en el hospital. De entre ellos, a 50 se les complementó el tratamiento con calcifediol, un análogo de la vitamina D más potente que el colecalciferol.
Los resultados fueron contundentes. De los 50 pacientes tratados con calcifediol, solo uno de ellos tuvo que ser sometido a cuidados intensivos, mientras que de los 26 pacientes no tratados, 13 de ellos acabaron en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).