El trato que ha dado la administración de Andrés Manuel López Obrador a las familias de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa provocó una protesta álgida en Palacio Nacional. Mientras el mandatario mexicano daba su conferencia diaria, el movimiento por los 43 intentó ingresar tras impactar una camioneta en una de las entradas al recinto.
Aunque las autoridades controlaron el altercado, la imagen del quiebre entre Ayotzinapa y López Obrador se quedó ahí, dibujada en la madera rota. Cuando era candidato, AMLO abrazó a las familias y les prometió que en su sexenio sí se conocería la verdad. Sin embargo, a unos meses del final de la administración, sigue sin saberse qué pasó realmente con los estudiantes atacados en Guerrero.
A casi 10 años de la llamada “noche de Iguala”, Ayotzinapa y las familias han prometido que las protestas subirán de tono mientras no exista un entendimiento con el Gobierno federal. Sobre todo si no se conoce cuál fue el papel del Ejército mexicano en el caso que estremeció a la administración de Enrique Peña Nieto.